Los que hemos podido disfrutar de una bonita nevada intensa, hemos tenido esa sensación de que todo está mucho más calmado, más silencioso. Y esto sucede mientras caen los copos, y durante bastante tiempo después. ¿Por qué la nieve trae el silencio? La explicación está, como no podía ser de otra forma, en la física.
La estructura de los copos de nieve
Existe una diferencia sustancial entre la caída de las gotas de lluvia, y la de los copos de nieve. La primera provoca un estruendoso ruido al tocar el suelo, debido a que es un líquido y viene con relativa velocidad. Pero los copos de nieve son minúsculos sólidos, todos de formas distintas, que caen más lentamente.
Estos copos están formados por microcristales de hielo con forma hexagonal que, al contacto con el suelo, no se compactan, por lo que entre ellos se forman pequeñas burbujas de aire, lo que evita que estos copos hagan ruido al posarse. Lo habrás notado: la nieve recién caída es muy esponjosa.
¿Por qué la nieve es tan blanca?
Este aire que queda atrapado bajo la nieve genera dos efectos curiosos: en primer lugar, es el causante del característico color blanco. La luz se cuela por los resquicios que hay entre los copos, y es reflejada casi en su totalidad. La nieve prácticamente no absorbe nada de luz. Todos y cada uno de los minúsculos cristales de hielo la reflejan, y por eso hay que llevar gafas de sol si el día está despejado.
Gracias a esto, la temperatura de nuestro planeta está más o menos controlada. Las grandes extensiones de hielo de los polos reflejan el 90% de la radiación del Sol. Lamentablemente, el humano con su actividad está provocando que este hielo se derrita, lo que aumenta el problema mucho más: cuanto menos hielo haya en los polos, menos radiación del Sol reflejada. Esto aumenta la temperatura del planeta, y eso hace que se derrita aún más hielo. O sea, un proceso que se autoalimenta y que debemos parar ya o será demasiado tarde.
Pero eso será tema de otro post…
El silencio de la nieve
A lo que iba: el segundo efecto generado por el aire atrapado entre los copos, es precisamente del que quiero hablar aquí: una vez que el grosor de la nieve acumulada supera los 2 centímetros, todas estas burbujas de aire empiezan a absorber el sonido. Es un efecto contrario al eco. Literalmente, el ruido ambiental es absorbido por la nieve.
Posteriormente, conforme se derrite o endurece, ya sea por bajas temperaturas o porque la pisamos, la nieve se compacta (haciendo un característico ruido), y deja de producirse este efecto. Todo esto, por supuesto, puede variar en función de la calidad de la nieve y la temperatura.
Como habéis podido comprobar, la nieve guarda más curiosidades de las que nos imaginábamos. Así que ya sabéis amigos, si está nevando fuera, salid a disfrutad del momento, porque es una experiencia maravillosamente relajante.